jueves, 9 de enero de 2014

CAPITULO 3

Narra Evangeline:

Y se escuchó como se hacía añicos las taza de porcelana blanca.

-¡¿Qué haces?!-Preguntó furioso Edward tirándose al suelo a recoger la vasija

-Lo siento solo lo llevaba hacia el fregadero.-Respondió su hermano, alzando los hombros. Incomprensivo

-Acabas de romper una taza.-Dijo fulminando la mirada hacia él

-Chicos, no os peléis por una simple taza.-Dije entrometiéndome

-¿Una simple taza? ¿Una simple?-Dijo furioso.-Ésta taza era de nuestra madre, bueno aparte de un conjunto, pero que ¡ha roto una! Esto es sagrado para nosotros. Es el último recuerdo de nuestra madre, que en paz descanse.-Dijo mirando hacia el techo. Rodé los ojos

-Paso, buenas me voy a mi habitación a escuchar música. Si queréis algo, gritad, la tendré muy fuerte.-Y me fui escaleras arriba, dirigiéndome hacia mi cuarto.

Todavía escuchaba la discusión de los gemelos y empecé a ignorarla. Encendí los dos altavoces que tenía a cada lado de la cama, metí un disco de Avril Lavigne y empecé a cantar:






-¡Oh, dios! Ésta tía me encanta...-Exclamé gritando










Escuché unos gritos delante de mi puerta de la habitación, aflojé el sonido de los altavoces y me dirigí a a abrir la puerta, lentamente.

-¿Qué pasa?-Pregunté

-¿Quieres ir a cenar de una maldita vez?-Preguntó Ryan

-Uy, tus humos se han empeorado.-Dije bromista cerrando la puerta detrás de mí.-Querido no es mi culpa que te enfades con Eddie, es sensible con los objetos más apreciados. Además.-Le señalé con el dedo.-Tú has tenido la culpa, si hubieras dejado que lo haga tu hermano el recoger la mesa, nos ahorraríamos todo este jaleo y también deberías de tener algún aprecio hacia cualquier objeto que sea para ti un recuerdo de tu madre.-Y bajé escaleras, dejando atónito a mi compañero de piso

-Holii enano, ¿qué nos harás de cena?-Hoy le tocaba a él, todos los días nos turnábamos para cocinar.
A mí se me daba de maravilla, pero no había ganas de hacerlo ya que sería mucho trabajo. Si, soy muy floja...¿algún problema?

-Pizza.-Contestó seco

Puff, como están estos gemelos...

-¿Esa mierda de cena harás?-Pregunté mirándolo

-Si, ¿prefieres mierda?-Preguntó. Soso

-No idiota, pero ya que es cena podríamos hacer algo más que una pizza, como una cena normal, sin nada que esté solo para meter al microondas o con grasa. Que asquito, ¿no?-Dije dándole ideas

-No, pizza o mierda.-Me cago...

-¡Yo no tengo culpa de que tu hermano haya roto una puta taza y perdón por decirlo, pero no puedes estar así solo por un accidente que se puede arreglar y estéis los dos hechos una furia por una gilipollez!-Dije enojada por sus tonterías.-O lo arregláis o llamo a vuestra hermana a que os recoja y se os lleven.-Dije advirtiéndolo.-Adiós, se me han quitado las ganas de comer.-Me dirigí hacia el frigorífico y cogí una manzana color sangre.





 Pegué un mordisco a la manzana y subí nuevamente a mi habitación. Observé que ya no estaba Ryan, de seguro se habrá acostado. Mañana es el último día de universidad y empezará las vacaciones de navidades. Ni regalo pensado tengo para los chicos, ni para Colette. ¿Qué regalos tendrán ellos para mí?







El lametazo de alguien me hizo que diera un respingo sobre la cama. Era Blanco.

-Blanco estás muy frío.-Dije apartándolo de mi cara y poniéndolo sobre mi cama

"Miau". Maulló el gatuno, como si me respondiera.

-No te entiendo pequeño.-Dije. A veces parezco idiota, hablo con mi gato sabiendo que él no puede hablar, solo maullar y ronronear.

Acaricié el gato negro haciendo que se estirara y levantara su cola negra y ronroneando de felicidad. Los gatos les gusta mucho que les acariciéis y por eso ronronea.
Me levante de la cama y otra vez ese frío en mi piel, erizándose por el contacto. Me fui a ducharme y me acordé de que hoy era la última clase que tendríamos este invierno. Metí prisa en ducharme y me vestí:


 Yo y mi negro tan sensual en mí...

Hoy se que hacía más frío de lo habitual, y a mí se me erizaba la piel cada vez que hacía algún movimiento rápido y ejercía un vientecito en mi piel.

-Buenos días.-Saludé a los gemelos que se encontraban con sus grandes ojeras. Madre mía.

Ryan o Eddie, uno de los dos estaba con un plato de cereal, con el codo del brazo que estaba apoyado a la mesa de madera, se tambaleó haciendo que la cara de un gemelo cayera en el cuenco de cereales. Reí a carcajadas y de nuevo me dirigí al frigorífico y cogí un plátano y empecé a comérmelo(no seáis mal pensadas) deprisa ya que llegaría tarde a la universidad y no quería llegar el último día de universidad.

Sonreí al saber que el cielo hoy estaba muy nublado, dándome paso a ir por la calle sin estar cubierta por alguna prenda y que no me quemara del sol. El día anterior hubo este tiempo y tampoco me pasó nada.

Espero que en la universidad no pase lo mismo que ayer con Sophie.



Llegué al fin, ahí me esperaba Colette con sus tatuajes de lobos en el brazo izquierdo y su sonrisa al verme.

-Hola.-Saludé a mi amiga

-Hola, ¿lista para las vacas?-Preguntó con un brillo en sus ojos al pronunciar vacaciones. Asentí.-¿A dónde piensas ir?-Alcé los hombros, sin saber.

Todavía no tenía planeado algún viaje para despejarme de Los Ángeles e ir a otro sitio que no sea Estados Unidos. Necesito salir de América.

-Creo que iré a Irlanda.-Dije insegura.-Tengo un primo allí.-Dije acordándome de él

-Bien, yo me quedaré aquí a quedarme con algunos de mi padres.-Dijo. Asentí.-Estaré muy aburrida.-Contestó haciendo un puchero. Ya sabía lo que quería

-Debes visitar a tus padres, hace tiempo que no los ves.-Respondí

-Pero es que me quiero ir contigo, me lo paso mejor.-Dijo poniéndome pucheros. Rodé los ojos

-¿Y si tus padres quieren que vayas con ellos a pasar las navidades?-Pregunté

-A ver Evan, mis padres están separados.-Dijo seca. Asentí

-Eso ya lo sé, me refiero que alguno de los dos querrá hacerlo.-Dije

-Ya bueno, lo hablaré.-Dijo cuando ya tocó el timbre, avisándonos que fuéramos a nuestras respectivas clases

-¿Quién sabe hacer esta ecuación?-Preguntó La señorita Mildo de mates

-Yo.-Dije alzando la mano. Las mates se me daban bien, solo que eran aburridas.

La maestra me miró un segundo por arriba de sus gafas y segundos después de un silencio de toda la clase, sonó el timbre por quinta vez, eso significaba una cosa...¡quedaba una hora de clases!

-Bien alumnos, recuerden quién le tocaba hacer la ecuación.-Dijo la señorita de unos 34 años, me miró y recogió sus cosas y se fue caminando.

Ahora debía irme a Gimnasia. Mierda. Se me había olvidado de que hoy tocaba y no llevo la ropa adecuada. Pensé por un momento mientras me dirigía hacia el patio, ¡ya sé!

Con mi súper velocidad vampírica llegué a mi casa y abrí la puerta de un portazo y cogí a velocidad alguna ropa deportiva. Negra, como no.

Una sudadera que se nombraba OBEY, zapatillas de deportes grises, mallas negras y camiseta de manga corta por si hacía calor. Lo sé soy rara en invierno.

Llegué antes de que el profesor pisara la entrada del patio, donde se hacían las actividades deportivas. En ésta clase me tocaba con Colette.

-¿Has cambiado de ropa?-Preguntó incrédula. Asentí.-¿De dónde la has sacado?-Preguntó de nuevo

-De mi casa.-Le guiñe un ojo

-Eres muy rápida, ojalá tenga tus poderes.-Dijo risueña. Reí

-Alumnos en forma, 3 vueltas por la pista.-Obedecimos al profesor y rodeamos la pista enorme 3 veces como dijo él.-Bien, como hay mal tiempo, iremos a...-Se calló por un momento.-Cambio de planes, se asoma el sol.-No, no. Colette me miró con miedo. Esto era la primera vez que pasaba. Mierda.-Haremos las actividades en la pista, para entrar en calor.-Entra tú, yo me achicharro

Alcé la mano para pedir permiso de hablar.

-¿Si, Elliot?-Preguntó el fortudo

-Pues...que...-No sabía como decirle que no podía estar en el sol. Tampoco voy a decirle "Soy un ángel negro vampírico y como ya sabes los vampiros no podemos tomar el sol o nos achicharramos". Qué raro.-Emm, necesito ir al servicio.-Dije pedí

-Claro, ve.-Dijo.-Vuelve pronto o castigo recibes.-Más mierda

-Que me acompañe Colette, es algo íntimo.-Dije y todos los chicos me miraron raros, yo les fulminé con la mirada y ellos siguieron con lo suyo. El profe asintió
y fui a los baños, a esperarme hasta que tocara el timbre. Colette vino conmigo como indiqué y como sabía que no podía darme el sol se me ocurrió una idea.

-Colette, ve a decirle el profesor que estoy vomitando y no paro, que me encuentro mal y eso. Invéntate algo tú.-Le señalé con el dedo. Ella asintió.-Gracias

Narra Colette:

Como me indicó Evan, se lo dije al profe y el asintió preocupado.

-¿Llamo a sus...?-Le interrumpí

-Lo siento por interrumpirle pero, los padres de Evangeline murieron hace 9 años.-Él asintió apenado

-Lo siento no quería herirle.-¿Se creía que mis padres había muerto o qué?

-Eso se lo debe decir a Evangeline, no a mí. Mis padres siguen vivos.-Asintió de nuevo. ¡Qué harturas de profesores!

No hay comentarios:

Publicar un comentario