jueves, 9 de enero de 2014

CAPITULO 3

Narra Evangeline:

Y se escuchó como se hacía añicos las taza de porcelana blanca.

-¡¿Qué haces?!-Preguntó furioso Edward tirándose al suelo a recoger la vasija

-Lo siento solo lo llevaba hacia el fregadero.-Respondió su hermano, alzando los hombros. Incomprensivo

-Acabas de romper una taza.-Dijo fulminando la mirada hacia él

-Chicos, no os peléis por una simple taza.-Dije entrometiéndome

-¿Una simple taza? ¿Una simple?-Dijo furioso.-Ésta taza era de nuestra madre, bueno aparte de un conjunto, pero que ¡ha roto una! Esto es sagrado para nosotros. Es el último recuerdo de nuestra madre, que en paz descanse.-Dijo mirando hacia el techo. Rodé los ojos

-Paso, buenas me voy a mi habitación a escuchar música. Si queréis algo, gritad, la tendré muy fuerte.-Y me fui escaleras arriba, dirigiéndome hacia mi cuarto.

Todavía escuchaba la discusión de los gemelos y empecé a ignorarla. Encendí los dos altavoces que tenía a cada lado de la cama, metí un disco de Avril Lavigne y empecé a cantar:






-¡Oh, dios! Ésta tía me encanta...-Exclamé gritando










Escuché unos gritos delante de mi puerta de la habitación, aflojé el sonido de los altavoces y me dirigí a a abrir la puerta, lentamente.

-¿Qué pasa?-Pregunté

-¿Quieres ir a cenar de una maldita vez?-Preguntó Ryan

-Uy, tus humos se han empeorado.-Dije bromista cerrando la puerta detrás de mí.-Querido no es mi culpa que te enfades con Eddie, es sensible con los objetos más apreciados. Además.-Le señalé con el dedo.-Tú has tenido la culpa, si hubieras dejado que lo haga tu hermano el recoger la mesa, nos ahorraríamos todo este jaleo y también deberías de tener algún aprecio hacia cualquier objeto que sea para ti un recuerdo de tu madre.-Y bajé escaleras, dejando atónito a mi compañero de piso

-Holii enano, ¿qué nos harás de cena?-Hoy le tocaba a él, todos los días nos turnábamos para cocinar.
A mí se me daba de maravilla, pero no había ganas de hacerlo ya que sería mucho trabajo. Si, soy muy floja...¿algún problema?

-Pizza.-Contestó seco

Puff, como están estos gemelos...

-¿Esa mierda de cena harás?-Pregunté mirándolo

-Si, ¿prefieres mierda?-Preguntó. Soso

-No idiota, pero ya que es cena podríamos hacer algo más que una pizza, como una cena normal, sin nada que esté solo para meter al microondas o con grasa. Que asquito, ¿no?-Dije dándole ideas

-No, pizza o mierda.-Me cago...

-¡Yo no tengo culpa de que tu hermano haya roto una puta taza y perdón por decirlo, pero no puedes estar así solo por un accidente que se puede arreglar y estéis los dos hechos una furia por una gilipollez!-Dije enojada por sus tonterías.-O lo arregláis o llamo a vuestra hermana a que os recoja y se os lleven.-Dije advirtiéndolo.-Adiós, se me han quitado las ganas de comer.-Me dirigí hacia el frigorífico y cogí una manzana color sangre.





 Pegué un mordisco a la manzana y subí nuevamente a mi habitación. Observé que ya no estaba Ryan, de seguro se habrá acostado. Mañana es el último día de universidad y empezará las vacaciones de navidades. Ni regalo pensado tengo para los chicos, ni para Colette. ¿Qué regalos tendrán ellos para mí?







El lametazo de alguien me hizo que diera un respingo sobre la cama. Era Blanco.

-Blanco estás muy frío.-Dije apartándolo de mi cara y poniéndolo sobre mi cama

"Miau". Maulló el gatuno, como si me respondiera.

-No te entiendo pequeño.-Dije. A veces parezco idiota, hablo con mi gato sabiendo que él no puede hablar, solo maullar y ronronear.

Acaricié el gato negro haciendo que se estirara y levantara su cola negra y ronroneando de felicidad. Los gatos les gusta mucho que les acariciéis y por eso ronronea.
Me levante de la cama y otra vez ese frío en mi piel, erizándose por el contacto. Me fui a ducharme y me acordé de que hoy era la última clase que tendríamos este invierno. Metí prisa en ducharme y me vestí:


 Yo y mi negro tan sensual en mí...

Hoy se que hacía más frío de lo habitual, y a mí se me erizaba la piel cada vez que hacía algún movimiento rápido y ejercía un vientecito en mi piel.

-Buenos días.-Saludé a los gemelos que se encontraban con sus grandes ojeras. Madre mía.

Ryan o Eddie, uno de los dos estaba con un plato de cereal, con el codo del brazo que estaba apoyado a la mesa de madera, se tambaleó haciendo que la cara de un gemelo cayera en el cuenco de cereales. Reí a carcajadas y de nuevo me dirigí al frigorífico y cogí un plátano y empecé a comérmelo(no seáis mal pensadas) deprisa ya que llegaría tarde a la universidad y no quería llegar el último día de universidad.

Sonreí al saber que el cielo hoy estaba muy nublado, dándome paso a ir por la calle sin estar cubierta por alguna prenda y que no me quemara del sol. El día anterior hubo este tiempo y tampoco me pasó nada.

Espero que en la universidad no pase lo mismo que ayer con Sophie.



Llegué al fin, ahí me esperaba Colette con sus tatuajes de lobos en el brazo izquierdo y su sonrisa al verme.

-Hola.-Saludé a mi amiga

-Hola, ¿lista para las vacas?-Preguntó con un brillo en sus ojos al pronunciar vacaciones. Asentí.-¿A dónde piensas ir?-Alcé los hombros, sin saber.

Todavía no tenía planeado algún viaje para despejarme de Los Ángeles e ir a otro sitio que no sea Estados Unidos. Necesito salir de América.

-Creo que iré a Irlanda.-Dije insegura.-Tengo un primo allí.-Dije acordándome de él

-Bien, yo me quedaré aquí a quedarme con algunos de mi padres.-Dijo. Asentí.-Estaré muy aburrida.-Contestó haciendo un puchero. Ya sabía lo que quería

-Debes visitar a tus padres, hace tiempo que no los ves.-Respondí

-Pero es que me quiero ir contigo, me lo paso mejor.-Dijo poniéndome pucheros. Rodé los ojos

-¿Y si tus padres quieren que vayas con ellos a pasar las navidades?-Pregunté

-A ver Evan, mis padres están separados.-Dijo seca. Asentí

-Eso ya lo sé, me refiero que alguno de los dos querrá hacerlo.-Dije

-Ya bueno, lo hablaré.-Dijo cuando ya tocó el timbre, avisándonos que fuéramos a nuestras respectivas clases

-¿Quién sabe hacer esta ecuación?-Preguntó La señorita Mildo de mates

-Yo.-Dije alzando la mano. Las mates se me daban bien, solo que eran aburridas.

La maestra me miró un segundo por arriba de sus gafas y segundos después de un silencio de toda la clase, sonó el timbre por quinta vez, eso significaba una cosa...¡quedaba una hora de clases!

-Bien alumnos, recuerden quién le tocaba hacer la ecuación.-Dijo la señorita de unos 34 años, me miró y recogió sus cosas y se fue caminando.

Ahora debía irme a Gimnasia. Mierda. Se me había olvidado de que hoy tocaba y no llevo la ropa adecuada. Pensé por un momento mientras me dirigía hacia el patio, ¡ya sé!

Con mi súper velocidad vampírica llegué a mi casa y abrí la puerta de un portazo y cogí a velocidad alguna ropa deportiva. Negra, como no.

Una sudadera que se nombraba OBEY, zapatillas de deportes grises, mallas negras y camiseta de manga corta por si hacía calor. Lo sé soy rara en invierno.

Llegué antes de que el profesor pisara la entrada del patio, donde se hacían las actividades deportivas. En ésta clase me tocaba con Colette.

-¿Has cambiado de ropa?-Preguntó incrédula. Asentí.-¿De dónde la has sacado?-Preguntó de nuevo

-De mi casa.-Le guiñe un ojo

-Eres muy rápida, ojalá tenga tus poderes.-Dijo risueña. Reí

-Alumnos en forma, 3 vueltas por la pista.-Obedecimos al profesor y rodeamos la pista enorme 3 veces como dijo él.-Bien, como hay mal tiempo, iremos a...-Se calló por un momento.-Cambio de planes, se asoma el sol.-No, no. Colette me miró con miedo. Esto era la primera vez que pasaba. Mierda.-Haremos las actividades en la pista, para entrar en calor.-Entra tú, yo me achicharro

Alcé la mano para pedir permiso de hablar.

-¿Si, Elliot?-Preguntó el fortudo

-Pues...que...-No sabía como decirle que no podía estar en el sol. Tampoco voy a decirle "Soy un ángel negro vampírico y como ya sabes los vampiros no podemos tomar el sol o nos achicharramos". Qué raro.-Emm, necesito ir al servicio.-Dije pedí

-Claro, ve.-Dijo.-Vuelve pronto o castigo recibes.-Más mierda

-Que me acompañe Colette, es algo íntimo.-Dije y todos los chicos me miraron raros, yo les fulminé con la mirada y ellos siguieron con lo suyo. El profe asintió
y fui a los baños, a esperarme hasta que tocara el timbre. Colette vino conmigo como indiqué y como sabía que no podía darme el sol se me ocurrió una idea.

-Colette, ve a decirle el profesor que estoy vomitando y no paro, que me encuentro mal y eso. Invéntate algo tú.-Le señalé con el dedo. Ella asintió.-Gracias

Narra Colette:

Como me indicó Evan, se lo dije al profe y el asintió preocupado.

-¿Llamo a sus...?-Le interrumpí

-Lo siento por interrumpirle pero, los padres de Evangeline murieron hace 9 años.-Él asintió apenado

-Lo siento no quería herirle.-¿Se creía que mis padres había muerto o qué?

-Eso se lo debe decir a Evangeline, no a mí. Mis padres siguen vivos.-Asintió de nuevo. ¡Qué harturas de profesores!

miércoles, 1 de enero de 2014

CAPITULO 2

Narra Colette:

Estaba en la cabaña donde ensayábamos las canciones

-Vamos otra vez.-Dije al acabar la canción

-Un, dos. Un, dos y...-Dijo Andrew para comenzar de nuevo

Estuvimos practicando un buen rato. Dentro de poco tendríamos otro concierto en esta ciudad. Era la primera vez que actuábamos en la ciudad.

-¿Quieren bebida?-Pregunté mirando dentro del frigorífico

-No, vamos a fumar.-Contestó John

Aquí fumaban los varones, claro, para hacerse más chulos pero ellos lo negaban.

-Algún día te tragarás el humo y me reiré hasta que explota.-Dije rodando los ojos

-Estoy contigo.-Dijo Amy

-Me da igual.-Dijo Andrew echando el humo por su boca

-Todo por ser más chulos.-Respondimos Amy y yo a la vez

-¡Qué no pesadas!-Contestó enojado John

-Bueno, nosotras vamos a limpiar nuestras guitarras.-Dije yéndome

A Amy se le notaba que le gustaba mucho John, estaba tan embobada con él.

-Tía, se te nota que te gusta John.-Dije sonriente.-Hacéis buena pareja

-¿Qué? ¡NO! Eso es una barbaridad, cómo le voy a gustar a él. Digo cómo me va a gustar ese chaval.-Dijo enrojecida

-Amy, no lo ocultes.-Dije rodando los ojos, se pone tan tonta cuando lo niega.

-Que no, que no me gusta Colette.-Negaba.-Además seguro que le tiene que gustar más las que fuman que a las que son simpáticas.-Decía suspirando

-Porque tenga que fumar, no significa que no le vayas a gustar.-Dije

-Pero ya le has visto, prefiere eso.-Dijo cabizbaja

-Si lo intentaras.-Dije

-Pero voy a fracasar.-Ponía pucheros

-No se sabe, inténtalo.-Dije mientras le animaba

Narra Evangeline:

Mañana, hay exámen. Y tiene que ser el último día de la universidad. Putos exámenes...Podían poner el exámen después de las vacaciones. Yo a los profesores no los voy a poder aguantar mucho.

Llegué a la biblioteca y abrí la mochila para coger los libros necesarios.

-¡Mierda! Se me ha olvidado el estuche.-Dije mientras me llevaba las manos a la cabeza. La recepcionista me fulminó con la mirada. Yo me senté y estuve pensando dónde coño habría un lápiz, goma y bolígrafo.

Estuve dando varias vueltas por la biblioteca por si a alguien se lo hubiera olvidado el estuche o el lápiz, goma y bolígrafo. Pero no obtuve nada, ni siquiera un trocito de goma pequeño. Mierda.

Al final, vi en una mesa larga de madera un lapicero y vi lo que necesitaba; lápiz, goma y un bolígrafo. Solo me faltaba que pintara, o sino me pongo a gritar enfurecida.

Iba caminando por los pasillos de la biblioteca y me choqué sin querer con alguien.

-¡Mira por dónde vas!-Dije

 Le miré y era un friki de esos que están todo el día en la biblioteca. Dios que coraje me dan ellos. Con esas gafas de Harry Potter estúpidas...

 -Estúpido friki.-Dije mientras me iba.

Él me miró fijamente y yo hacía una mueca<<Raritos>>.No me respondió solo se elevó las gafas hacia arriba para colocárselas bien y siguió con su camino. Estaría acostumbrado a estos maltratos de la gente.

Me daba lástima y pena ver que te maltratan y te hacen bromas estúpidas. A mí me molestaría, pero si no se defienden pues seguirán así.

Volví a mi sitio e "hinqué los codos" en la mesa y estuve varias horas así, hasta que me harté. Recogí mis cosas y dejé en su sitio los materiales que había cogido para estudiar.

Iba a salir cuando me encuentro otra vez ese chico de las gafas, el friki. Me mira de una forma penetrante y se me va acercando. <<¿Qué haces?>>.

-¿Qué haces maricón? Vete a la mierda.-Dije mientras tomaba mi camino. Veía como él seguía clavando su mirada en mí, pensaba que miraba mi culo pero notaba como miraba mi espalda. A mí entera, parecía descifrar algo en mí. Y yo no entendía nada. Los frikis son tan raros.
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-¡Llegué enanos!-Dije mientras dejaba las llaves en la mesa.-¿Hola?-Nadie respondía. Raro.

-Hola Evan.-Dijo Edward saliendo de la cocina y con harina por toda la cara

-¿Por qué tienes esa pinta de tonto?-Pregunté

-De tonto no, de cocinero. He estado haciendo brownies y chocolate caliente, ¿quieres?-Decía intentando limpiarse con la manga en la nariz.

-¿Tú me quieres matar de chocolate?-Pregunté sorprendida.-¡Pues claro que sí, yo me mato por el chocolate!

En un segundo ya me iba a comer el primer brownie, pero Edward me lo arrebató.


-¿Qué pasa ahora, eh?-Decía

-Pues hay que esperar a Ryan y merendamos todos juntos.-Dijo. Yo bufé.

-¿Enserio?-Dije con pucheros

-Enserio y no me pongas morritos, eh. No funciona conmigo.-Dijo mientras se reía.

Malo.-Dije poniendo más pucheros y cruzándome los brazos. Como una niña pequeña.

Cuando pasaron unos minutos, (que para mí fueron eternos) bajó Ryan en bóxers. Dios y ese envicio a ponerse semi-desnudo por casa. Cualquiera lo ve y se desmaya.

-Ryan, por dios, te ve alguien y se mata.-Dije yo divertida

-Si claro, a tí te gusta que esté así de bueno con tableta de chocolate.-Decía divertido

-Más quisieras tú. Hablando de chocolate, ¿puedo ya comerme la merienda? Me estoy muriendo.-Dije

-Si pesada.-Dijo al fin Edward

-Gracias Eddie.-Dije dándole un beso en la mejilla y empezando con el brownie y mi chocolate caliente.

-¿Lo has preparado tú?-Preguntó Ryan

-Si, ¿quieres?-Preguntó

-Claro, espero que no me muera.-Dijo divertido

-Capullo.-Respondió seco


El chocolate estaba muy caliente y me quemaba a veces. Dios.

Estaba tan bueno que hacía lo posible por tomármelo. Pero como me quemaba pues iba poco a poco.


-Quema.-Dije haciendo una mueca

-Es que eres tonta.-Dijo Ryan

-Idiota.-Dije

Narra Xxx:

Esa chica, la he encontrado. Tantos años buscándola y le he hallado. Al fin.

Por fin, por primera vez la he visto. Y he de decir que es muy guapa, aunque su humor es pésimo. Típico de los vampiros.

martes, 31 de diciembre de 2013

CAPITULO 1

Narra Edward:

Puto despertador, puta universidad, putos días lectivos y puto frío. Esto ya no lo soporto. Tantos libros me van a matar. Si estuviera en mi lugar, donde están todos los metamorfos. Mi familia e amigos.

Me levanto tan delicadamente y vagamente. Parezco un muñeco de porcelana de esos con la tez más pálida que los vampiros. Hablando de vampiros, debo de despertar a Evangeline.

Me dirijo a tocar la puerta de mi hermano Ryan, pero no responde. Seguro que estará ya abajo en la cocina haciéndonos el desayuno. ¡Qué buen hermano me ha salido! Voy hacia la habitación de Evangeline a tocar la puerta y ésta no responde tampoco, soy el único recién despierto.

Voy escaleras abajo y me encuentro solamente a mi hermano haciendo el desayuno, (seguramente) en la gran cocina. Sí, es muy enorme.

-¿Y Evan?-Pregunté. Ese era su apodo.

-No sé, pensaba que la estabas despertando.-Respondió mi hermano con un delantal y con un bol lleno de huevos. Yo me aguantaba las ganas de carcajearme.-Ni lo intentes hermano, ni se te ocurra.-Vaya, me ha leído la mente.-Por eso somos metamorfos.-Respondió

-Bueno para, que me intimidas.-Contesté seco

-Ve a despertar a la bella durmiente.-Dijo divertido

De nuevo, cogí escaleras arriba y toqué primero por si me contestaba, pero no recibía ni una palabra. Esta está dormida.

Narra Evangeline:

-¡Evangeline, sálvate!-Gritaba mi padre mientras veía una sombra muy negra que hacía algo con mi padre. No lo veía bien.

-¡PAPÁ!-Gritaba asustándome más

-Hija, papá estará bien.-Decía mi madre abrazándome fuerte.

Era mi casa. Yo con 10 años viendo esto tan traumatizante

-¡NO!-Chillé al ver que una de las sombras que estaban presentes le clavaba una estaca de madera a mi padre.-¡¿Por qué?!-Grité a la sombra mientras dejaba el cuerpo de mi padre pálido como una roca en el suelo de la cocina.

-Cariño ponte esto.-Dijo mi madre quitándose su colgante de plata con una estrella de 6 puntas y llena de piedras brillantes en éste.-Te protegerá de todo lo malo.-Después de lo que dijo mi madre, dictó unas frases en un idioma que no entendía. Abrió sus grandes alas negras para protegerme mejor.

Una sombra cogió a mi madre por el cuello, yo solo lloraba y gritaba que la dejara en paz.

-El colgante.-Habló a mi madre la sombra opaca.-¡DÁMELO!-Gritó ferozmente

-No lo tengo.-Respondió mi madre con la voz un poco gagosa.-Nunca lo encontrarás.-Dijo mi madre sonriendo

-Las pagarás.-La sombra cogió a mi madre por las piernas y el cuello y la estiró haciendo que se alargue ella. Pero no pudo más y se rompió en dos, por la mitad. Echando sangre por toda la cocina y parte del salón.

Yo estaba escondida, donde me había indicado mamá. Debajo del fregadero en un armario. Lloraba flojamente para que no me escuchara la sombra. Solo lloraba.

Narra Edward:

Evangeline gritaba llamando a sus padres y de mientras se movía mucho. Sudaba todo el cuerpo y echaba varias lágrimas de sus ojos. Pero lágrimas de agua no, de sangre. Es normal que los vampiros lloren sangre en vez de, agua. Los metamorfos lloramos como los humanos.

-Hey, Evan...-Susurraba para despertarla

-Déjame estúpida sombra.-Susurraba mientras se movía inquietantemente. Todavía soñaba

-Evan...-La movía despacio

-¡NO!-Gritó otra vez. Le caían las lágrimas por toda la almohada manchando todo de sangre

-Evan, despierta.-Susurré nuevamente

Narra Evangeline:

Ahora todo estaba oscuro, no se veía nada. Intenté abrir los ojos sin conseguir nada. No podía. Hasta que escuché como susurraba alguien. No sabía quién era, pero no podía despertarme...

-Evan es una pesadilla.-Dijo el que me susurraba

Abrí los ojos de golpe, vi a Edward mirándome fijamente a los ojos. Notaba mis mejillas humedecidas, me toqué y vi que sangre tenía. Había llorado.

-Ha sido una pesadilla.-Habló mi amigo. Yo le abracé fuertemente.-Evan...Evan.-Decía medio ahogado, le abrazaba muy fuerte por mi fuerza.

-Lo siento.-Dije secándome las lágrimas ensangrentada

-Vamos, que llegaremos tarde a la universidad.-Dijo mi amigo mientras se iba.

Me levanté de la cama y se me erizó la piel al notar el contacto del frío. Mierda de frío. Estábamos en pleno invierno. Diciembre. En Crawford era normal hacer frío en invierno, obviamente y a veces en verano llovía. La temperatura en Los Ángeles no era normal.

Me fui a la ducha, una ducha caliente y relajante. Me di prisa al darme cuenta de que hoy era un día lectivo, puto día lectivo. Me vestí con el negro hasta mi sujetador. Como no, el negro me sienta de muerte.

Aunque hubiera mucho frío, me vestía como si estuviera empezando el otoño. La temperatura de mi cuerpo es muy baja quien me toque, pero yo siento que mi temperatura es normal, como un humano.

Bajé a desayunar y me encontré con los gemelos desayunando.

-Que bien que me esperéis a desayunar, eh.-Dije seria

-Tu tardanza es penosa.-Contestó Ryan

-Jódete.-Respondí

-Uy, que mal humor mi compañera.-Dijo bromista

Hice un movimiento rápido y me acerqué a Ryan, muy cerca para que me mirara a los ojos.

-No me toques los cojones.-Dije enojada

<<Si no tienes>>. Pensó Ryan

-Me da igual que no tenga, no me cabrees más.-Advertí al moreno.-Dadme una bolsa de sangre, que me seco.-Dije. Ryan me tiró una y de golpe me lo tomé. Me lamí los labios lentamente y saboreé la sangre fresca de la bolsa.

Lo bueno de ser vampiro es que tienes la súper velocidad de correr, leer pensamientos de cualquier presente y volar. El volar lo tengo un poco controlado ya que casi nunca vuelo sino la lío parda.
De pequeña me dijeron mis padres que cada vez que estornudaba me salían las alas...<<Que buenos recuerdos>>.

-Si eran unos buenos recuerdos.-Dijo Ryan. Yo fruncí el ceño y le fulminaba con la mirada.<<Eres un cabrón>>.-Lo sé, pero te aguantas.-Dijo al leerme el pensamiento.

-Cállate.-Dije

-Vámonos que llegamos tarde.-Dijo Edward interrumpiendo nuestra pequeña pelea.-Yo no os espero.-Dijo serio enfrente de la puerta de la casa.

Nos fuimos todos juntos hacia la universidad. Me cansaba al andar y me daban más ganas de extender mis alas negras y volar hasta la universidad que no tenía ganas de ir. Hice el movimiento de la súper velocidad y llegué antes de que llegara al minuto y tocara la campana.

-¿Te has dormido en el camino o qué?-Preguntaba mi amiga

-Colette, después te cuento.-Le respondí

Entramos a las puertas de la universidad y como siempre, las miradas de todo el mundo se posaban en mí. Que ni idea tenía de el por qué. No soy una presumida, pero me gusta que me miren. Así saben que existo, no como los frikis o nerds que ni sabes que viven.

-¡Apartaos, viene Sophie!-Gritó Anissa una P.P. Y como no, todos se apartaron para ver desplazarse a la jefa de las P.P y a sus perras falderas de Anissa y Angelina.

Todas las miradas se fueron directamente a las P.P.

-Paso de esa puta.-Bufó Colette

-Y yo.-Asentí mientras nos íbamos a nuestras respectivas clases.

-¡TÚ!-Dijo la voz de pito. No me giré porque de seguro llamaba algún tío de este edificio para después follárselo.-¡Falsa que te he llamado!-Gritó la voz de pito, me di la vuelta para averiguar a quién coño llamaba, era a mí.

-¿QUÉ QUIERES ZORRA?-Le respondí con el mismo tono

-A mi me hablas bien, eh gótica.-Me amenazó

-Y a mí no me hables.-Dije dando la vuelta para ir a clases

<<Puta>>. Pensó la zorra de Sophie.

Yo de un movimiento ya la tenía acorralada en la pared, cogiéndola del cuello.

-Vuelves a llamarme puta o cualquier otro insulto y ve ya pensando en qué modelito ponerte de puta para tu funeral, porque tardas mucho.-Dije advirtiéndole enojada.

Ella se quedó todavía en la pared, estupefacta.

-¡Se lo diré al director!-Me dijo ella

-Si, dile que te vas a morir dentro de poco.-Le respondí enseñándole el dedo corazón de mi mano.-Por ser tan zorra.-Terminé

Todos los alumnos del instituto, hasta mis amigos se quedaron sorprendidos por haber contraatacado a Sophie. Quedé satisfecha.

-¿No tenéis otra cosa que hacer o qué?-Pregunté enojada

Todos los alumnos que estaban contemplando el pasillo, se fueron a sus respectivas clases.

Narra Colette:

¡FUERA CLASES YA! Se ha terminado las clases y mañana es el último día de universidad...Las vacaciones de invierno llegan, nene.

Me voy corriendo hacia el bosque que está a unos 15 minutos de la universidad, después iré al ensayo de los EFFEN'S. Me fascina que vallemos por la quinta composición. Nosotros tocamos Heavy Metal y Rock.

El grupo está formado por el batería Andrew; la guitarrista Amy y John; y yo soy la bajista.

Llegué al bosque y me transforme en un licántropo. Mis pupilas se volvieron amarillentas, mis manos se transformaron en zarpas con grandes pezuñas. Eso si me daba asco, llevar las uñas largas no es lo mío, pero tenía su beneficio: atrapar a mi presa. Todo el cuerpo se me volvió peludo color negro azabache. Me fui a la colina más alta y empecé a aullar. Noté como mis pulmones tenían más ganas de aullar sin parar. Era un placer increíble, como un orgasmo.

Narra Evangeline:

~Te veo~

Ese es el mensaje más absurdo que he visto. Todos los días alguien me enviaba un mensaje, estúpido o absurdo. A la misma hora, el mismo mensaje. Puto bromista.

Tiré el móvil a la cama cansada. Menos mal que hoy es el penúltimo día de universidad.

-¿Qué quieres comer Evan?-Preguntó uno de los gemelos desde el marco de la puerta mi habitación.

-Lo que sea.-Resoplé cansada

-¿Otro mensaje de esos que sabes que te ven?-Preguntó

-Si, el mismo tipo que se nombra "$hu$hi".-Dije haciendo comillas con mis dedos. Me hace gracia de su nombre y que me envíe mensajes, el mismo "Te Veo".-Su puta madre.-Contesté

-Ya, entonces almorzaremos macarrones.-Dijo cambiándome de tema

-Si, me da igual. Vete joder, quiero estar sola.-Bufé

-Vale jodida.-Contestó divertido

-¡Me voy a cagar en ti!-Grité enojada

Miré hacia la ventana, veía algo blanco en mi ventana apoyado a éste, me acerqué para mirarlo mejor y era una mota de nieve. Sabía que aquí nevaría algún día. Tenía el presentimiento. Me gustaba la idea que nevaba, me recordaba a mis padres jugar conmigo en la nieve haciendo muñecos de nieve, jugar a la guerra de bolas y hacer angelitos en la fría nieve. Nos divertíamos mucho.

Miré mi gato, llamado Blanco y eso que es negro. Me miraba curioso desde su canasto calentito de terciopelo. Lo tenía hecho una mierda por dentro de tanto arrascar y limarse las uñas, menos mal que le compré un tubo de paja para que no rompiera el canasto y siguiera arrascando con el tubo.


Me acordé de cuando mis padres me compraron a Blanco con 8 años y decían que este gato me protegería de todo lo malo. Y es verdad. Blanco nunca se ha separado de mí, ni aunque lo haya abandonado porque me había enfadado con él por hacer marranadas donde no debía. Él me quería, al igual que yo. Mis padres preguntaban el por qué de llamarle Blanco, yo solo decía que me gustaba ese nombre.

Aunque sea un gato negro, no significa que vaya a dar mala suerte. Tiene la buena de ser un buen amigo que nunca te abandona.

Iba a bajar, cuando sus zarpas me atrapan la media haciendo que salgan hilos de ella.

-¡Blanco!-Dije frustrada.-Eran mis medias favoritas.-<<Estúpido gato>>

Me puse una bufanda abrigada y un gorro de lana, bajé y me choqué con alguien. <<Vaya día que tienes Evangeline>>.

-Joder, mira por dónde vas.-Dije dándome en la frente, ya que me dolía por el chocazo.

-Que dolor.-Dijo el gemelo

-¡Está nevando! ¡Adiós Bitch!-Dije saliendo por la puerta

Sentí una mota de nieve posarse en mi nariz haciendo que se rompa y estalle en mil gotitas microscópicas. Me encanta la nieve.

Como una loca, me quité las botas militares, solo conservaba las medias negras que me las había roto Blanco. Sentí el frío llegar en mí. Corrí por todo el barrio, llenándose las medias de la nieve blanca y me daba igual, de todas formas las iba a tirar.

Hice muñecos de nieve pequeños e hice ángeles, como los que hacía de pequeña. Llenándome la ropa de nieve y como he dicho antes, me daba igual iría a lavar.

Vi acercarse Sophie y sus amiguitas por el barrio. Se me ocurrió una idea vengativa. Hice mogollones de bolas de nieve y con mi súper velocidad les lance 2 a cada una de las plásticas. Ellas chillaron como locas, preguntándose quién habría sido con la cara roja y enfurecidas. Pobres putas desesperadas.

Tiré otras más a sus caras y salieron pitando como pudieron, ya que llevaban sus carísimos tacones de marca y se manchaban de nieve. Pijas sin duda.

-¡Evan a comer!-Gritó Ryan desde la ventana de mi habitación<<¡Estúpido, ¿para qué gritas?>>

-¿Quieres llamar a todo el vecindario a que me conozca?-Dije entrando a casa

-No, pero es que sino no te enterarías y se te enfriaría los macarrones. Es lógico, ¿no?-Dijo

-Si, pero...-Me interrumpió

-Tengo yo siempre la razón y ahora a comer o se te enfría.-Dijo mientras comíamos en silencio.
Solo se escuchaba como los cubiertos sonaban mientras chocaba con el plato de macarrones.

lunes, 30 de diciembre de 2013

PERSONAJES

Evangeline Elliott

319 años (en ser humano 19). Segura de sí misma. Le encanta la oscuridad y no es porque sea un vampiro y esté apartada de la luz, le fascina el negro y la mayoría lleva ese color en la ropa.

Su madre fallecida, era un ángel negro. No era de la típica historia mítica que cuenta que los ángeles negros eran los esclavos de Satanás. No. Ella era un ángel negro como todos los demás. Ella era la que llevaba las almas ya fallecida. Era de los buenos. Aquí no existen los malos...Posiblemente.

Su padre también fallecido, era un vampiro, también era de los buenos. Según su historia, los vampiros y los ángeles negros no tenían nada en común y no se conocían, pero sin pensarlo, Elizabeth(madre de Evangeline) y Anthony(padre de Evangeline) se conocieron y ¡chispa!





Colette Adams

319 años (en ser humano 19). Odia su nombre, dice que es de ser pija o plástica como Sophie y ella la odia. Tiene mala leche a veces. Ella es una licántropa oficialmente. Es muy salvaje, dura y como no, le encanta un bosque repleto de árboles. Colette es la mejor amiga de Evangeline, aparte de los gemelos.
Colette se encontró a Evangeline paseando por "su territorio" y por poco no la mata. Evangeline se identificó como ángel negro vampírico y la dejó estar. 

Ella se define un poco sexy y punky. Le encanta el rock, va a una banda llamada: EFFEN'S.

Tiene varios tatuajes de lobos en su brazo izquierdo.

Sus padres están separados y ella vive sola en un apartamento y se las apaña.


 Ryan y Edward Campbell

Son los gemelos que conviven con Evangeline y compañeros de la universidad de Crawford. Ellos son metamorfos; pueden cambiar su forma de persona en cualquier animal u objeto.

Ryan y Edward son serios pero hacen bastantes bromas. Evangeline no sabe cómo soportarlos. Evangeline apenas reconoce a los gemelos al ser tan simétricos.

Son unos creídos, aunque con las buenas notas que sacan en la universidad son buenos en eso.

Se miran en el espejo cada día, tarde y noche. No paran. Hablan solos en su cuarto mientras se examinan en el espejo. Para Evangeline son raritos pero guapos.


Ryan y Edward son los mejores amigos de Evangeline.



Sophia Stewart

P.P(PIJA y PLÁSTICA). Así es como llaman Evangeline y Colette a Sophie. Solo dos palabras ya la describen, también podemos añadir otra <<P>> de PUTA. Ella es una humana. 
La empresa rica de sus padres es Stewart's como no, su apellido es muy famoso en esta ciudad pequeña. Y la más rica.

Para los chicos la más deseada de toda la universidad, hasta los más frikis. Muy cotorra con su voz de pito y muy cotilla. Cuenta rumores no verdaderos si le caes mal.

Y como no, Sophie tiene a sus "perras falderas" por atrás. Llamadas Angelina y Anissa. Los nombres más cursis de toda la universidad.

Sophie le cae muy mal Evangeline y Colette.